LO MÁS GRANDE QUE TE PUEDE PASAR ES AMAR Y SER CORRESPONDIDO

Antes de nada pido perdón por la ausencia. Tengo un buen motivo para estar desaparecida.

Tengo 29 años. A lo largo de todo este tiempo he sido una chica soñadora y romántica que pedía deseos al soplar las velas de su tarta de cumpleaños.

“Quiero encontrar al chico de mis sueños”

“Quiero ser de mayor ese brillo especial en los ojos de alguien”

“Poder ser feliz”

“Deseo sentir eso que llaman AMOR”

Y así año tras año sin que ninguno se cumpliese… A veces me preguntaba que pasaba con esos deseos

¿Dónde van los deseos que no se cumplen?

Hoy lo entiendo perfectamente. Han tenido que pasar muchos años para entender que mis deseos iban juntándose y formándole así a él. A ÉL.

A su lado he entendido que la felicidad no es una cena en el restaurante más caro (compartir una ensalada de atún en el sofá de su casa puede ser maravilloso), que amor no son detalles vacios y palabras huecas (mirar esos ojos tan increíbles y que ellos te hablen puede hacer que las mariposas salgan de su estado de coma y revoloteen con fuerza), que deseo no es solo tener ganas de hacer el amor (es sentir como desnudas tu alma a la vez que tu cuerpo y no cansarte de ello en toda la noche)

Felicidad, deseo, amor… es él.

Y eso es lo que me ocurre, estoy tan ocupada siendo feliz que casi no puedo concentrarme en otra cosa. Que solo quiero perderme en su cuerpo, o en su cama. Seguir compartiendo la merienda mientras vemos una peli de dibujos animados con el pelo enredado de ilusiones y seguir soñando a su lado rodeada por sus brazos.

Seguro que sabéis perdonarme.