CASTILLOS EN LAS NUBES

Ella no siempre fue una princesa. Me contaron que una vez se cayó dentro de un tarro de miel y que a partir de ese momento si pasas un rato con ella después la vida es más dulce. Es lo que tiene ver el mundo desde los ojos de un niño.

Ella vive en el Reino de las Nubes de Algodón (segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer) en su castillo de sueños. La llaman Princesa de Caramelo.

Acostumbra a vestir de rosa, un color que le encanta (el color de la inocencia) pero solo algunas de las personas que la conocen mejor saben que a escondidas, en ocasiones, viste toda de amarillo en honor a su honorable Bob, que una vez la conquistó.

Suele reírse de las nubes y las lluvias y le saca la lengua a las personas serias (de las que huye luego despavorida no vaya a ser que se le pegue algo).

Sabe que tiene que tener cuidado porque una vez sale de su castillo todo se vuelva amargo si se deja la esperanza.

Yo he copiado de ella (y a la vez intento extenderlo a la gente que me rodea) su pasión por dormirse en las nubes más altas y blandas y ahora lo hago cada vez que me siento un poco perdida.

Clara, la princesita de algodón de azúcar.

Alguien de quien todos deberíamos aprender.