El mar.

Durante años he sido de los que pensaba que no necesitas a nadie para ser feliz. Me he repetido una y mil veces dicha cantinela, intentando vanamente que a base de repetición se convirtiera en una verdad ineludible. Sin embargo, cuando estás enamorado todas tus ideas y prejuicios van cayendo uno a uno, como si de un castillo de naipes se tratara.

Cuando tu corazón salta al ver a una persona; cuando tu estómago ruge al pensar tan siquiera que en unos minutos estará a tu lado; cuando cierras los ojos y su sonrisa inunda tu mente como si un torrente de agua se desbordara... entonces te rindes a la evidencia: necesitas a esa persona en tu vida, como el respirar.

No por ello dejaré de tener mi identidad; ni mis sueños; ni mis ilusiones; simplemente, reconozco que en su infinita imperfección, el ser humano necesita el amor tanto como el oxígeno o el agua.

Y hablando de agua, ¿ nunca te han dicho que tu sonrisa es mas bonita que el mar ?

Javi.