SONRISAS TE DA LA VIDA

Si en algún año no esperaba encontrarte ese era sin duda en el 2012. Me permití plantarle cara a Cupido, decirle que se largara que jamás volvería a alcanzarme con una de sus flechas con veneno… y casi antes de acabar de decirlo apareces tú.

Que tonta fui creyendo que yo podría ponerle barreras al amor, que lo conseguirá. Llegaste arrasando con cualquier muro, conjugándote en mi vida, verbo de cada uno de mis días. Imparable.

Y yo que renegaba me sorprendo pensando en todos los minutos que pierdo cada minuto que pasa y no te veo, pensando que hay que aprovechar cuando estamos juntos porque el tiempo no vale lo mismo si tú no estás y que los días son más bellos cuando llevan tu firma.

Quiero una senda en la que andemos juntos. Da igual si está formada por baldosas amarillas como en El mago de Oz o si con miguitas de pan como el de Pulgarcito o con caracolas de la playa, eso es lo de menos. Lo importante es que solo mire hacia delante, que jamás se bifurque en dos corriendo así el riesgo de que nos separe y en el que no me importe tropezar dos o mil veces con la misma piedra si lleva tu nombre. Uno que nos lleve a casa, a nuestra casa y que siempre sepamos regresar.

Porque lo mejor de todo es continuar adelante porque tienes un motivo. Un motivo con nombre propio.

Y si lo nuestro no puede ser eterno al menos que dure toda la vida